TIPO DE COMIDA: Tradicional Moderna
PRECIO: 35-45€/persona
DIRECCIÓN: Paseo de la Castellana, 74. 2846. Madrid
TELÉFONO: 915 62 09 63
HORARIO: Abre todos los días
Me resulta muy complicado definir Punk Bach. Cuando llegué a cenar me pareció un restaurante al uso, eso sí, con una decoración resultona y llamativa. Bastante pintoresco. Luego me planteé que era un sitio donde picar algo mientras te tomas una copa y charlas tranquilamente. Más tarde bajaron las luces y salió un DJ a escena con musicote, y lo vi como un garito donde también puedes ir a divertirte. Entonces, ¿qué es Punk Bach?
Ellos mismos se definen como la brasserie ilustrada y canalla de Madrid. Nominémoslo así, pues. Pero que sepas que es un sitio donde te ponen a Bach de día y Punk de noche. Puedes sentarte tranquilamente a cenar. Aunque quizá donde destaque sea para estar en la barra, picando y bebiendo animadamente, porque hay varios platos de la carta que los sirven siempre que estén abiertos, da igual la hora. Si te vienes muy arriba, incluso hasta puedes bailar. También puedes ir de pasada a recoger su comida para llevártela donde quieras. No será por opciones.
Además tiene una terraza bastante amplia en pleno Paseo de la Castellana, abierta todo el año, así tienes más opciones para elegir tu ubicación. Por cierto, los baños son mixtos. Tened cuidado de no ir a la vez con él a retocaros el maquillaje, porque coincidiréis, y os pillará. Y tienen unos cuadros bastante… llamativos. No te dejarán indiferente.
Pero vamos a lo que importa, la comida. Instintivamente, no suena muy bien lo de que te puedan dar de comer a cualquier hora. Y, como en todos sitios, aquí los prejuicios están de más. Porque se come bastante bien. Punk Bach intenta llevar esa dualidad clásico moderna a la cocina, y consigue que esté bueno.
Nosotros comenzamos pidiendo lo primero que vemos en la carta, ¿Qué percibes? Y es que cuando lees pintxo ganador del Concurso de Pintxos y tapas de Valladolid 2014 (sabiendo como sabemos lo bien que se tapea por Valladolid) no puedes hacer otra cosa, sino pedirlo. Se trata de un trampantojo de percebes y foie sobre tosta de maiz. ¿Y qué significa? Pues que te pondrán lo que parecen ser percebes, aunque no lo son, pero a pesar de eso, consigue tener un toque de mar siendo foie. ¿Cómo se consigue eso? Pues pídelo y lo sabrás. Curioso y sabroso.
Después de un entrante moderno, toca uno clásico: Lomo de salmón ahumado con patata confitada y mostaza de eneldo. Efectivamente, no se trata de un plato rompedor, pero sabemos lo que pedimos. Los sabores, más que consolidados, casan a la perfección y creemos haber acertado.
Para cerrar los entrantes, probamos el huevo de caserío a 65º con patata trufada. Otra mezcla de ingredientes que sabemos que combinan perfectamente. Pero están muy bien ejecutados y rebañarás el plato hasta descubrir de qué color es.
Para los platos principales elegimos:
Esturión a la plancha con contrastes de caviar de aceite y cebolla frita. Nunca había probado el esturión, y decidí lanzarme a ver qué tal. Vienen cuatro trozos con diferentes propuestas. Todas tienen su punto, aunque quizá la del pisto mate un poco el sabor del esturión (peculiar y con personalidad, pero bueno). Aún así, nos convencieron ¿Qué mejor forma de probar algo que no has probado nunca que de cuatro maneras distintas?
Pepito burguer de Vaca cortado a cuchillo. Y es que ni es un pepito ni es una hamburguesa. Pero está de lujo. Una forma nueva, aunque conocida, de comerse una hamburguesa muy rica. Es el perfecto ejemplo del concepto de Punk Bach. Y lo mejor, es que es de los platos que puedes pedir siempre. Y siempre es a las 6 de la tarde para merendar, siempre es a las 2 de la mañana para empapar las copas… Siempre es maravilloso.
Merluza a la plancha. No puede haber nada más clásico que una merluza a la plancha. Pero sin embargo estaba muy rica. Buena materia prima y unas verduras para acompañar, poco que innovar, pero cumplidora.
No pudimos probarlo, pero nuestros informadores nos han dicho que el bocata de calamares está para hacerle la ola. Así que, avisados quedáis.
Por último, para probar el dulce, nos decantamos por la tarta de limón. Con un aspecto imponente, más dorado de lo habitual, da un poco de cosa desmenuzarla con los cubiertos, pero cuando empiezas, descubres una muy buena tarta, perfecta para rematar la comida.
Cogiendo lo mejor del mundo clásico y moderno, Punk Bach se convierte en un clasiderno que te sorprenderá. Así que no lo pienses más, porque…